Eres un directivo responsable. Tu equipo entrega calidad. Y tú das la cara por ello.
Así es fácil caer en la trampa de la responsabilidad 200%, en la que te haces cargo de las cosas que en realidad le corresponden a los integrantes de tu equipo. Por miedo a incumplir tu promesa de calidad. Yo lo he llegado a hacer. Pero me he dado cuenta de una cosa. Tu gente es adulta, completa y responsable cuando le dejas. Ahora, si les privas de su responsabilidad, no sólo te haces con algo que no es tuyo. También privas al mundo de su creatividad.
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¿Qué convierte a una vida en una vida bien vivida? En este blog trato las claves que me voy encontrando en mi experiencia, en mi práctica de coaching y en mis clases y talleres. Sin un orden particular. Déjame tus preguntas y reflexiones en los comentarios. Archivos
Agosto 2021
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